El atletismo y la polémica con su «nueva era»
El pasado mes de octubre, un corredor de atletismo natural de Uganda llamado Joshua Cheptegei batía el récord del mundo en 10.000 metros lisos. Lo hizo en Valencia y superando a Kenenisa Bekele, quien tenía la marca desde hacía 15 años. Prácticamente al mismo tiempo y en el mismo lugar, la etíope Letensebet Gidey, hacía lo propio asaltando el récord en 5.000 metros lisos.
Desgraciadamente, las hazañas generaron controversia desde el minuto uno, especialmente por la tecnología con la que los atletas se ayudaron para conseguir sus récords. Siendo concretos, las zapatillas Vaporfly la luz guía de Wavelight fueron calificadas por muchos como una pequeña «trampa». Wavelight actuaba como liebre, acompañando a las que son las liebres tradicionales (personas que marcan el ritmo del corredor). Por su parte, las zapatillas proporcionaban un impulso y una ligereza nunca antes vistas en el atletismo.
Grandes figuras del atletismo, descontentas
El primero en pronunciarse al respecto fue uno de los grandes iconos del deporte olímpico en Francia, Mahiedine Mekhissi, quien aseguró que «nuestro deporte está en peligro» en referencia al atletismo. El francés cargaba contra los tremebundos avances que las marcas habían implementado en sus botines. Para él, el atletismo ha entrado en una «nueva era», por lo que los récords recientes no son comparables a los del pasado.
Hellen Obiri, por su parte, sí mostraba su disgusto con el sistema Wavelight. La subcampeona olímpica en 5.000 metros lisos declaraba para la BBC que las luces liebre son realmente similares al dopaje. «Con esa tecnología de luz no necesitas entrenar al 100 por ciento porque sabes que hay algo que te impulsará durante la carrera. Es como si te estuvieras dopando, puedo comparar las dos cosas, para mí es lo mismo». Además, ella incidía en el mismo punto que Mekhissi: no es comparable un récord actual con los de plusmarquistas de antaño.
Un avance imparable
Es evidente que las tecnologías como Wavelight han llegado para quedarse al mundo del atletismo. Proporcionan unas herramientas que elevan el rendimiento de los atletas a un nivel superior a lo que se vio antes. El debate será, probablemente, eterno y puede que ni siquiera tenga una respuesta clara. Lo único que podemos saber con certeza es que esto no va a acabar así, la nueva era en el atletismo y, por qué no decirlo, en el deporte en general solo está comenzando.
El mundo está expectante ante la enorme cantidad de posibilidades que la tecnología brindará al atletismo. La polémica está servida. Al igual que en el fútbol, con el VAR. Los deportes más arcaicos se resisten, pero es algo inevitable. La cuarta revolución industrial llega a todas partes.