El éxito de LaLiga y el público falso para las gradas vacías
La reanudación de la ya finalizada primera división española dejó, en sus inicios, muchas incógnitas que se fueron resolviendo conforme pasaron las semanas. Una de ellas fue el cómo solucionar el problema ambiental que iba a causar en las retransmisiones el vacío en las gradas de los estadios, conflicto del que finalmente se ocuparon wTVision, VIZRT y EA Sports.
La necesidad de llenar un vacío, ese era el gran reto del que los altos cargos de LaLiga se tenían que encargar. Ya vimos cómo el resto de competiciones optó por una vía más sincera, mostrando la soledad de los equipos que se enfrentaban, sin sus fanáticos o sus rivales. Una estampa que refleja la triste realidad que supone una pandemia mundial, pero que no es evasiva ni trata de serlo.
La implantación de un público falso con cánticos también grabados suponía una decisión que iba a generar controversia, y es que no todo el mundo es partidario de algo así. De hecho, en general, la opinión en redes sociales y demás plataformas tuvo un cariz negativo.
De cualquier modo, y sin entrar en gustos personales u opiniones acerca de la moralidad de estas herramientas, la realidad es que la aplicación, en cuanto a intenciones de la LFP, fue realmente exitosa. Un trabajo conjunto que se sumó a un despliegue audiovisual sin precedentes, pues, por ejemplo, en los distintos planos era cuasi obligatorio evitar apuntar a las gradas, lo que supone de una dificultad enorme.
Del audio se encargaba EA Sports, que al recibirlo todas las temporadas por parte de Mediapro para su famoso videojuego, FIFA, los tenía a su disposición y en una calidad óptima. Esta fue, quizá, la pieza más importante, pues el tener un audio prácticamente idéntico al de las gradas de cada estadio supone una experiencia de inmersión muy superior para el espectador.
LaLiga y Mediapro han logrado, con la realización del final de temporada 2019-20, un éxito histórico para sus retransmisiones que seguramente servirá como precedente para un futuro. Con la ayuda de las nuevas tecnologías, se ha logrado cubrir un hueco que parecía imposible de tapar.