En la revolución digital del deporte no todo es el fan

Es de sobra conocido en los entornos deportivos que todo lo que tiene que ver con la revolución digital ubica su epicentro en el fan. Esto es cierto y lo defendemos en Vamooos!! a pesar del titular de este artículo. Pero no es menos cierto como trataremos de explicar a lo largo de estas líneas, que las entidades del deporte en un amplio sentido deben abrazar la cultura de la transformación digital asumiendo otros aspectos. Uno de ellos, también es fundamental: el rendimiento deportivo. Pero quizás el menos conocido o aireado es el de la gestión, aunque iguala en importancia a todo lo demás.

En la literatura común relacionada con la transformación digital, aplicada a cualquier sector y como no al deporte, se suelen destacar tres pilares: tecnología, personas y procesos. Los describimos rápidamente:

  • Tecnología: parece obvio que la digitalización sin herramientas no es tal. Para enfocar cualquier cambio hacia lo digital, hay que invertir en hardware y software. Pero no es un enfoque puramente informático (aquí tengo mi ordenador con mis programas descargados, a trabajar). Se trata de proyectar el trabajo mediante la tecnología, de tal manera que entramos en una era en la que muchas de las tareas las ejecutan máquinas. Además, el salto en este sentido es la inclusión de instrumentos nuevos tales como la inteligencia artificial, blockchain o el big data.
  • Personas: la transformación digital no se debe confundir con tecnología. Sin la participación humana no se puede llevar a cabo. En el terreno deportivo la prioridad son los deportistas, que al mismo tiempo representan al producto. Es para ellos que se deciden las tecnologías a utilizar. Su mejor rendimiento deportivo y su seguridad en cuanto a salud son los objetivos a alcanzar. Para ello se utiliza la analítica de datos, por ejemplo. El que los atletas en este caso sean el centro implica que otras personas tengan también protagonismo en la medida que realizan un servicio de apoyo. Es el caso del scouting, que es el nuevo empleo que se usa en el fútbol para elegir a los mejores jugadores.
  • Procesos: cualquier trabajo productivo se define a través de un proceso desde que (en el caso de la industrial de bienes) se tiene la materia prima hasta que el bien producido llega a los hogares a través de la distribución. En el caso de la industria deportiva. entendemos que el proceso concluye en el momento en el que llega el partido o la prueba que sea. Detrás queda todo un protocolo en el que participan distintos profesionales. En la revolución digital, el camino a desarrollar, los pasos a dar que conforman el proceso, lo determina el dato. Es lo que los especialistas en transformación digital definen como data driven, Es decir, los hitos de nuestro proceso lo marcan los datos.
El fútbol, como todos los deportes, se entiende actualmente según los datos

Visión incompleta

En este informe de SporTechx, altamente recomendable, se señala una perspectiva interesante: si solo pensamos en el fan, la historia no es completa, y es cierto como tratamos de referir aquí. Las empresas deportivas, algo que se ha evidenciado en este tiempo de pandemia, se han puesto como principal foco de interés el ahorro de costes. La falta de ingresos ha requerido de medidas duras como la ejecución en el caso de España de expedientes de regulación de empleo (ERE). El ahorro de costes, al margen de los procesos traumáticos de empleo, es una de las misiones que cumplen las herramientas digitales.

De forma esquemática, como recoge el citado informe, la atención al fan está en el lado de los ingresos, junto con patrocinios y derechos de retransmisión básicamente. En el otro lado, se encuentran la eficacia y la eficiencia relacionada con las operaciones internas de la empresa (lo que hacen los trabajadores) y la organización deportiva (lo que queda de la parte de deportistas y cuerpo técnico fundamentalmente). En este apartado, el factor ahorro de costes es clave, y más en estos tiempos como decimos.

Columna vertebral

No existe un verdadero proceso de transformación digital si no asumimos una modificación notable de nuestra forma de trabajar. Esto es para todos. Para el sector deportivo de igual manera. Esta aproximación no solo supone un cambio en la cultura corporativa, que también, sino en muchas otras cuestiones. Se redefinen el gobierno de la organización, la forma de relacionarse los distintos departamentos para llevar a cabo los proyectos, la estrategia, las inversiones… Todo este entramado, además de una determinación clara de la dirección por liderar el cambio, exige una estructura sólida.

En esta época debemos afrontar la consolidación de todos estos frentes con una base sólida que podemos definirla como la columna vertebral de la empresa. Aquí hay que ser cautos. La idea es garantizar el buen funcionamiento de las tares en la medida que se van introduciendo cambios hasta tanto la digitalización es lo suficientemente solvente para haber superado el paradigma heredado, es decir los viejos criterios de funcionamiento. Todo eso aceptando la idea de que la transformación digital tiene principio, pero no fin. dado que está sujeta a la innovación y lo nuevo siempre está por venir.

Benito Castro

Periodista, MBA, runner y apasionado de la transformación digital.

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