
Los espectadores del fútbol de élite en la era digital han expresado desde hace tiempo un deseo que no se satisface únicamente con los partidos. Tienen muy claro que el entretenimiento va más allá. Por eso, las redes sociales ocupan por generación espontánea del propio público, un espacio que ahora mismo está huérfano de gestión. Es decir, los aficionados crean sensaciones a través de las redes como el ambiente previo ( a veces demasiado crecido) o dan consejos sobre sitios para ir, donde quedar antes y después del partido, comparten vídeos, hacen apuestas y sobre todo opinan… Dicho esto, y aunque lo parezca, mi intención no es hablar de las redes sociales en esta artículo. Pretendo aclarar que son parte de la digitalización en tanto que marco global de acción que debe concebirse mejor por clubes e instituciones
Conectar abiertamente digitalización con espectáculo no puede considerarse una banalización. El espectáculo es, si queremos, el concepto que nos vale para amplificar el nivel de entretenimiento más allá de acudir al estadio los domingos a ver el partido de mi equipo. El referente de ese concepto es lo que se ha visto en la última final de la Super Bowl celebrada en el estadio más avanzado en el mundo en estos momentos, el SoFi Stadium. Como muchos otros espacios que albergan grandes multitudes, el SoFi no solamente se usa para el deporte, sino para conciertos musicales también.
El encuentro Casfid

Hace unos días me mandó el Grupo Casfid una nota de prensa que se refiere a una mesa redonda celebrada el pasado 15 de febrero en sus instalaciones. El motivo de la reunión fue analizar el presente y futuro de la digitalización de los estadios de fútbol españoles. Grosso modo, el mensaje que prevaleció es que los clubes españoles de fútbol no invierten apenas en digitalizar “Seguimos teniendo los estadios como un edificio aislado. La mayoría de los estadios españoles no están pensados para adaptar algunas formas de tecnología, incluso los requisitos más básicos los clubes no lo tienen en su hoja de ruta”, explicaba David Rosa, consultor de Infraestructura FIFA, uno de los componentes de la mesa redonda.
En el diagnóstico efectuado en el encuentro se podrían concluir dos ideas básicas. No se hacen proyectos de digitalización globales, si no aislados (es aquello de que poniendo el wifi todo el mundo queda contento en el club). Y por otro lado, los clubes priorizan siempre realizar fichajes antes que invertir en tecnología. Las luces al final del túnel para efectuar un avance en la digitalización son la posibilidad de celebrar en España y Portugal el Mundial de 2030 y, por otro lado, los créditos del CVC Capital Partners ( unos 2.100 millones de euros), entre cuyos destinos se halla la innovación tecnológica.
Digitalización es…

El director de Comunicación de la RFEF, otro interviniente de la mesa redonda, apuntó que la celebración del Mundial de fútbol en España supondría “un empujón importante para renovar y digitalizar los estadios
y ser vanguardistas en todo el mundo”. En otro momento del acto, se señaló que en España solo hay cuatro estadios preparados para un evento como el mundial, no solo por falta de dotación tecnológica del resto de los estadios, sino también por sus limitaciones en cuanto a infraestructura.
Me gustaría ahora aportar aquí algunas acciones que considero tienen que estar presentes en cualquier planteamiento de digitalización. La digitalización se puede considerar como la columna vertebral renovada que sustenta las operaciones de cualquier empresa. En el caso de un club de fútbol, el estadio es un pilar fundamental. Digamos que llevar a cabo todas estas actuaciones, como otras que a buen seguro no se relacionan aquí, suponen un volumen de inversión muy alto. Pero, dentro de una perspectiva digital, también se pueden acometer medidas parciales más modestas como las que efectuó en su día el CD Castellón.
Medidas para la digitalización
Pero vayamos con las líneas de acción de los procesos de digitalización, en qué ámbitos, servicios y con qué herramientas:
- El 5G: esta generación de las comunicaciones es clave en la aceleración de los proyectos digitales. Su baja latencia y mayor ancho de banda consigue maravillas en la interconexión de los estadios. Esta tecnología permite generar realidad aumentada impactante o reproducir repeticiones de jugadas en los móviles de los que acudan al estadio, segundos después de producirse. Por su puesto aporta una infraestructura de wifi excelente.
- Producción audiovisual: las pantallas son elementos fundamentales de los nuevos estadios digitales. Son punto de referencia como los partidos en sí mismos. Alta definición y generación de experiencias envolventes.
- Monitorización de datos: la potencia de computación (como los 3.500 ordenadores que procesan los datos de los Dallas Cowboys) y los alojamientos cloud ofrecen una agilidad de respuesta y capacidad de análisis de la información de gran envergadura.
- Inteligencia artificial y machine learning: definen las automatizaciones de procesos rutinarios tanto para el día a día de los clubes como para la generación de algoritmos dirigidos a los aficionados mediante app.
- Gestión de flujos: la estancia de los forofos en el estadio debe ser lo más cómoda y ágil desde el primer momento. Desde la entrada a las instalaciones a través de los tornos o para la gestión de colas en bares, tiendas y otras zonas comunes.
- Compras vía móvil: adquirir el bocadillo o las patatas desde el asiento o que te traigan la comida al asiento son comodidades que gustan. Como si puedes adquirir la camiseta de tu jugador favorito y te la llevan al asiento de igual modo.
- Conexiones con el entorno: gestionar el movimiento de las personas que acuden al estadio desde que salen de sus casas puede ser apasionante. Ofrecer descuentos, proponer planes dentro y fuera del campo, responder de inmediato a inquietudes o dudas que surgen a través de las redes sociales, significa una ampliación de la experiencia más allá del asiento y el encuentro deportivo en sí. Y en este punto los clubes ganan capacidad proactiva de gestionar la experiencia del entretenimiento.
Las posibilidades son infinitas. Así es la abundancia que trae consigo la era digital. La flexibilidad de las herramientas y las comunicaciones hacen que lo que antes podía ser algo lento o engorroso se convierta en algo sencillo y ágil. Para lograr ese objetivo hay que invertir, desarrollar y pulir muchas cosas. Desde luego que no es una cuestión solo de poner dinero encima de la mesa sino, también, de efectuar un cambio cultural radical. Pero los tiempos demandan estas nuevas vías de avance a las que no podemos negarnos.