La tecnología del fuera de juego de la FIFA, a prueba en el Sánchez Pizjuán


La tecnología del fuera de juego de la FIFA, a prueba en el Sánchez Pizjuán


La tecnología del fuera de juego de la FIFA, a prueba en el Sánchez Pizjuán




Uno de los jugadores con los marcadores instalados en su cuerpo para las pruebas / Foto SFC

La FIFA ha vuelto al Ramón Sánchez Pizjuán (la primera vez fue en septiembre pasado) para avanzar en las pruebas de la tecnología de detección del fuera de juego que el organismo internacional pretende usar en el Mundial de Qatar. Este paso se incluye dentro de un plan que se lleva a cabo poco a poco según un calendario previsto de antemano, que implica la realización de distintos test en varios puntos del planeta. El sentido de lo efectuado en esta ocasión en el estadio del Sevilla FC era ratificar progresos en el proceso de la puesta a punto final de esta tecnología. Para ello, y como aspecto destacado, se llevó a cabo la recreación digital del cuerpo de los jugadores en movimiento, así como del balón. ¿Con qué fin? Lo explicamos.

El nombre de la prueba llevada a cabo es Limb Tracking Validation. Según fuentes especializadas consultadas por DT, el sistema de FIFA avanza de forma ostensible. De hecho, se podría ya señalar con él una posición de fuera de juego con un nivel de precisión de entre 5 y 20 centímetros. El mundo del fútbol está pendiente a cierta distancia de cómo se desarrolla esta innovación que, según las primeras explicaciones de la FIFA dadas a finales del año pasado, se añadiría al VAR. El tema no está exento de polémica, puesto que detectar con tecnología cuando se produce el fuera de juego limitaría de hecho las funciones de los árbitros auxiliares, o jueces de línea.

Detección de los puntos generados por los marcadores corporales / Foto DT

Patrones del fuera de juego

Para alcanzar los objetivos planteados, podemos decir que lo que se validó en el estadio sevillista fue la fiabilidad de las cámaras tácticas de última generación conocidas como hawk eye (ojo de halcón) instaladas para la ocasión en el perímetro del gol sur del Sánchez Pizjuán. Estas obtuvieron un conjunto de imágenes de posibles fuera de juego que requerían una confirmación. Era por tanto necesario avanzar en el procesado y la interpretación de esas imágenes conseguidas gracias a las evoluciones de un grupo de jugadores que generaron situaciones en las que surgía la probabilidad de que hubiera fuera de juego. El propósito era simular el máximo de casos en los que podía producirse esta falta y de esta manera apurar todas las posibilidades.

Para realizar el contraste de las imágenes de las cámaras había que crear unos patrones. Para ello, los jugadores mediante unos marcadores (una especie de sensores) colocados en sus cuerpos, generaban un flujo de puntos que se trasladaban a unos ordenadores como formas corporales en movimiento (sobre todo las extremidades y cabeza). El discurrir del balón se reflejaba igualmente. El objetivo de esta tarea era, efectivamente, definir unos patrones de referencia. Gracias a ellos, ( y esta es la razón clave del experimento realizado en el Sánchez Pizjuán) se puede determinar «la fiabilidad del procesado e interpretación de las imágenes extraídas a través de las cámaras tácticas». Es decir, se puede confirmar la idoneidad de estas cámaras a la hora de señalar el fuera de juego.

El papel del linier

Los test se realizaron el pasado mes de marzo por espacio de dos días en lo que fue el trabajo en el campo con los jugadores, más otro día previo para la calibración de los equipos usados en el experimento. Este trabajo se pudo efectuar con la participación de profesionales del Sevilla Fútbol Club Innovation Center que colaboraron con los componentes del Football Technology Innovation de la FIFA, desplazados hasta la capital hispalense.

Las tecnologías que se aplican en la sociedad de nuestros días están provocando cambios en muchos sentidos. El deporte no podía ser una excepción como reflejamos habitualmente en DT. La búsqueda de la excelencia implica en ocasiones la revisión de determinadas funciones, y ahora le toca a los árbitros auxiliares o linieres. La FIFA ha indicado varias veces que su idea no es acabar con esta figura. Es algo inconcebible del todo punto. Pero no sería de extrañar que su trabajo sí se reacondicionara una vez se implemente la tecnología del fuera de juego. ¿Cómo, hasta qué punto? Eso es algo que se verá en el futuro. No olvidemos tampoco que el fútbol de hoy en día, y muy especialmente en la alta competición, es sinónimo de espectáculo, y dentro del espectáculo va la polémica incluida.



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