Las dificultades que encuentra la biometría facial en España

Días atrás se informaba acerca de la peculiar implementación que se había realizado en la Liga Colombiana, biometría facial para identificar a todos los aficionados que acudiesen a los encuentros. De este modo, se podrían cortar de raíz los comportamientos inadecuados dentro del estadio. Ese es el objetivo que argumentaron las autoridades que lo pusieron en marcha. Sin embargo, esto no se podría aplicar tan fácilmente en España.

Lo primero que hay que preguntarse es en qué medida puede interesar a los clubes la implementación de la biometría facial. El primer punto es obvio, tienes controlado a todo aficionado que entra y sale del recinto. A partir de ahí, surgen otros puntos, como, por ejemplo, la posibilidad de realizar estudios demográficos mediante la identificación.

El público volvió a los estadios de España. (Twitter: @LaLiga)

En Occidente, por lo general, se tiene muy en cuenta la privacidad de los aficionados. Al menos en lo que a legislación se refiere. Un ejemplo claro es Estados Unidos y su prestigiosa NBA, en la que se aplica la biometría facial pero con el beneplácito de los fans y con la idea de controlar el acceso. Nunca se podría utilizar para detectar actos de mal comportamiento.

La ley no ampara la posibilidad

Por tanto, en España nos encontramos una situación similar. y es que, tal y como nos cuenta José Leandro Nuñez García, abogado de Audens, «En Europa, la aplicación de la biometría con fines «dirigidos a identificar de manera unívoca a una persona física” se considera un tratamiento especialmente “sensible”, y como regla general está prohibido utilizarla, salvo en determinados casos muy concretos». Además, citaba a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), que, por el momento no contempla la posibilidad, pues no existe ley que ampare o justifique los fines para los que la identificación mediante biometría facial sería de interés esencial.

Como se mencionó con anterioridad, un caso en el que sí podría darse es bajo el consentimiento de los aficionados. Por ejemplo, los clubes pueden abrir la posibilidad para facilitar el control de entrada, pero la última palabra la tienen los fans. Es decir, realmente no se controlaría el acceso del aficionado, sino que se facilitaría el mismo.

Por el momento, parece complicada la aplicación de esta tecnología de un modo tan potente como el de Colombia. Para ello, serían necesarios varios cambios legislativos que, actualmente, no parece que vayan a suceder. Ahora, la pregunta que nos planteamos es, ¿Es lícito coartar la libertad y privacidad del aficionado en pos de un supuesto bien común?.

Raúl Gómez

Periodista en progresión. Apasionado del deporte. Jugué al baloncesto durante siete años.

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