Medir la fatiga en el deporte a través de la realidad virtual

Las capacidades de los deportistas pueden verse seriamente dañadas por determinadas circunstancias, En las más de las ocasiones, los equipos dedicados a evitar y en un momento dado a superar las lesiones de los atletas, ponen toda su atención a procedimientos habituales. Esto es, al cuidado de órganos centrales en el desempeño deportivo como, por ejemplo, las extremidades. Pero es menos frecuente que se traten las lesiones mediante el estudio cognitivo de la fatiga y, además, mediante la realidad virtual.
Este trabajo es el que ha desarrollado en los EEUU la compañía de neurotecnología NeuroSync. La clave de este producto, denominado Pro-Sync, es su software que efectúa un seguimiento del movimiento ocular a través de vídeos a los que se accede mediante cascos de realidad virtual. El estudio se dirige al sistema nervioso central en el que se concentra información vital que permite conocer el estado de salud del atleta.
Distintos desarrollos
En líneas generales, la tecnología está desplegando muchos e interesantes artilugios que descubren las consecuencias que tiene en los deportistas tanto los entrenamientos como, sobre todo, las competiciones. Existen en el mercado aparatos como dispositivos portátiles o indumentarias con sensores que arrojan una serie de datos que permiten juzgar si es un buen momento, o no, para que el deportista descanse.

Según los estudios realizados por NeuroSync con los Atlanta Hawks de la NBA existe una clara relación entre los movimientos oculares más lentos y las lesiones físicas sostenidas. A través de este tipo de detalles, el objetivo es indicar a los equipos médicos de los clubes si es el momento de que un determinado deportista descanse o de que, de seguir realizando determinados esfuerzos, las lesiones lleguen.
Funcionamiento
En los seguimientos que se han realizado respecto al funcionamiento de este sistema, por ejemplo, resulta interesante destacar cómo están los jugadores antes de efectuar un largo viaje en autobús y de qué forma llegan, tras la finalización de la competición. Los descubrimientos que se realizan son muy llamativos comparando el antes y el después. El simple hecho de viajar, que a veces se considera algo intrascendente, puede tener su consecuencia en la salud de los jugadores.
El funcionamiento de este sistema se basa en las cámaras ubicadas en los cascos de realidad virtual, cuya función es seguir el movimiento de los ojos del usuario. Por su lado, el algoritmo de NeuroSync cuantifica cuánto tiempo se mueven sus ojos. A posteriori, el sistema proporciona una puntuación instantánea de 0 a 100, siendo cero el peor estado y cien el mejor posible. Las gafas van acumulando datos, lo que permite que haya un aprendizaje autónomo con el que poder distinguir, a futuro y con mayor precisión, los problemas de salud que pudieran aparecer.