«Los caballos son como atletas», por eso «deben cuidarse». Así se manifiesta uno de los directivos que en EEUU trabajan en las competiciones de los equinos. Fruto de grandes cambios en el sector, la tecnología se ha sumado a un proceso en el que, entre otros, el reconocimiento facial y los algoritmos velan por el buen desarrollo de las carreras de caballos. La alarma que provocó todo un aluvión de mejoras fue la aparición en los últimos años de muchos caballos muertos en circunstancias no del todo aclaradas. Una historia que cuenta así Sporttechie.
Entre las medidas adoptadas destacan especialmente las tecnológicas, aunque hay también un importante capítulo veterinario. La idea fundamental es tener vigilados los caballos, tanto en los entrenamientos diarios como los días en los que compiten. Así por ejemplo, hipódromos como el de Santa Anita Park, en California, disponen de cámaras de alta resolución con las que rastrean las evoluciones de los animales. Con estos utensilios se logra, entre otras cosas, medir la longitud de la zancada con el propósito de detectar desequilibrios que puedan ser dañinos.
Reconocimiento facial
Entre otras medidas, gracias a la monitorización, los cuidadores conocen por ejemplo los niveles de hidratación de los equinos. Se trata de ejemplares muy caros que, además, mantienen un sistema de apuestas que genera importantes desembolsos económicos cada temporada. El objetivo es que con instrumentos como el reconocimiento facial o algoritmos en las carreras de caballo, se alcancen el máximo de garantías.
Gracias a ellos, se logra fundamentalmente tener catalogados todos los entrenamientos y carreras y, de esta forma, realizar un seguimiento muy estrecho. «No se trata de opiniones personales», sino de sistemas automatizados «que solo la tecnología impulsa», apunta un responsable de esta especialidad deportiva en los EEUU. Resulta llamativo que el reconocimiento facial (solo usado hasta ahora para personas) se use para animales.

Pero las aportaciones de las innovaciones digitales no se aplican únicamente a los caballos. Una parte destacada de estas novedades se usa en las apuestas a través de plataformas. Una de las funciones de estos sistemas es el almacenamiento de millones de datos que sirven para, sobre todo, realizar estimaciones de cómo finalizarán las carreras, y cuáles serán los ganadores y los derrotados
Nada sin transformación digital
Una empresa especializada ha recogido en la plataforma detalles de 300.000 carreras de los últimos nueve años. Ello implica la notificación de más de dos millones de resultados, con datos muy variados referentes a los caballos, los jinetes, las ganaderías, línea de sangre… Son los aficionados los que deben maniobrar con los algoritmos de esta plataforma para, en función de las variables que utilicen, obtener una previsión de resultados. Eso les permite decidir con más conocimiento de causa a quien apostar.
Esta claro que la era digital no deja resquicio en el que tomar posesión. Es lo normal, y en el mundo del deporte historias como la de las carreras de caballos dan buena medida de ello. Quizás pueda parecer incluso un poco atrevido o frívolo utilizar tecnologías sofisticadas para los caballos. Pero pensemos primero que estos animales tienen derecho a gozar de las mejores condiciones, algo que les procura las innovaciones digitales. Y luego, lo reiteramos de nuevo, ellos son también los responsables de un negocio enorme, argumento determinante. ¿No les parece?