Strung: a la espera de la zapatilla de Adidas hecha por un robot
Se espera que la venta de esta zapatilla de Adidas, la Strung, hecha por un robot, se lleve a efecto en 2022, según distintas informaciones. Mientras tanto, el mercado espera con cierto interés este prototipo que persigue un cuádruple objetivo: producción plenamente digitalizada, personalización, resistencia de los materiales y velocidad para el atleta. Este tipo de enfoque del calzado lleva a otra dimensión la competición atlética no exenta de polémica.
Desde que aparecieran las Vaporfly de Nike a todo lo grande, sin duda las grandes marcas se han sometido a una guerra sorda pero contundente. Esta contienda se libra para averiguar cuál será el rey en la era digital en función de las respuestas del mercado. La apuesta que lanza la marca alemana con las Strung, intenta definir y explayar sus atributos como referente del mundo del deporte.
El mercado mundial de las zapatillas de correr es de unos 14.000 millones de dólares, por lo que lograr la mayor tajada de la tarta es ‘una liebre’ lo suficientemente atractiva como para correr más. El efecto llamada en otros mortales que supone que los atletas estrellas usen una marca u otra, es enorme. Y los atletas de élite quieren batir récords. El freno lo ponen las autoridades federativas, que son las que definen las características que deben tener las zapatillas. Las mismas para todo el mundo.
Robot
La digitalización de la producción es una asignatura fija para todas las empresas de todos los sectores. En mayor o menor medida, los procesos productivos se automatizan a marchas forzadas, especialmente en el ámbito de las grandes multinacionales. Se trata de una mejora en la calidad y un propósito de alcanzar cotas de eficiencia que, en estos momentos, son difíciles de cuantificar dado que estas multinacionales efectúan importantes inversiones en la innovación con el fin de no quedarse descolgadas. Así las cosas, de momento el negocio no es rentable del todo.

Justamente la producción de las Strung de Adidas se efectúa por robots. Es el paradigma de la industria 4.0. La marca alemana lleva tiempo realizando pruebas a pequeña escala hasta reproducir en la realidad el modelo soñado. El enorme reto, del que obviamente no hay datos públicos, es escalar la producción para llegar a los distintos mercados.
El robot de Adidas sigue los pasos definidos por unos algoritmos y a través del almacenamiento de información detectada por sensores en pruebas efectuadas por los atletas. La máquina autónoma hace su trabajo tejiendo de manera veloz unos hilos que son ligeros y resistentes a la vez. El nuevo prototipo de zapatilla contiene cualidades importantes para los atletas como resistencia y poco peso para alcanzar la mayor velocidad posible con el menor gasto energético.
El Marketing juega un parte muy importante en este entramado. Vender Strung es vender innovación digital. Se trata de ayudar a los atletas a alcanzar sus metas. No solo a los profesionales sino a los millones de atletas populares que se calzan cada día sus zapatillas para disfrutar e intentar arañar unos segundos a sus tiempos. La idea de correr más rápido y con menos cansancio es un fin perseguido profusamente en una carrera que libran propuestas como las Strung que estamos esperando.